En cada entrada de tu ciudad.
En el libro de Devarim (Deuteronomio) 16:18 nos indica “Jueces y alguaciles deberás designar para ti, en todas tus ciudades -que Adonai tu D-os. te concede a ti- para tus tribus; y deberán juzgar al pueblo: ¡Juicio de equidad!”, quizá cuando lo leemos de forma literal podríamos llegar a pensar que este mandato no aplica para nosotros y solo pretender entenderlo como un precepto que quedó en la historia, sin embargo, te invito a que interioricemos este precepto y lo apliquemos a nuestra vida.
Cada uno de nosotros somos como una ciudad, y como todas las ciudades tiene accesos, los cuales deben de ser custodiados, ya que todo lo que entre a la cuidad puede beneficiar con paz y alegría o todo lo contrario puede causar un caos. Pero entonces ¿cuáles son esas puertas? nada menos que nuestros ojos, oídos, nariz, boca e incluso nuestros pensamientos, y cada uno de esos accesos cuenta con puerta, las cuales debemos de saber cerrar a tiempo antes de que dejemos pasar algo que nos cause daño, que rompa nuestra relación con nuestro Creador y nos lleve a alejarnos de Su voluntad.
Siendo así, los encargados de abrir o cerrar esos accesos son nuestra mente (jueces) y nuestro corazón (policías), para ello deberemos estar en una constante y certera capacitación a esos jueces y policías y la única herramienta correcta para ello, es la instrucción Divina (Toráh/תורה) solo así, será posible que no permitamos el acceso de la corrupción en nuestra ciudad a través de lo que vemos, escuchamos, olemos, comemos, hablamos y pensamos.
Una pregunta clave que nos debemos hacer antes de dejar entrar cualquier cosa a nuestra ciudad es: “esto que dejaré entrar a mi vida (mi ciudad) ¿me aleja o me acerca a mi Creador?” y ahí tendrás la respuesta, si lo que pienso, lo que veo, lo que hablo, etc., me acerca a mi Creador entonces sé que lo único que va a traer a mi vida es bendición, pero si lo que estoy viendo, hablando o muchas veces lo que permito que permanezca constantemente en mi pensamiento me está alejando de Aquel que me creó, entonces debemos de tener presente que traerá a mi vida todo lo contrario a la bendición y esto afectará no solo mi vida, sino también mi entorno.
Capacitemos de la manera que el Eterno nos instruye a nuestros jueces y policías, a través de las leyes dadas por Él, recordemos que las leyes son creadas para beneficio de quien las cumple. No podemos pretender un beneficio que no nos corresponde, tenlo siempre presente.
Continuamos a nuestro Padre de bondad, pidiendo por la paz de Yerushalaim dentro de sus muros y en cada frontera de Israel, que los rehenes vuelvan pronto a casa y ellos puedan recuperarse tanto física como espiritualmente, por cada soldado que sale a defender con su vida nuestra nación, por los líderes, que todo aquel que fue herido tanto físicamente como mentalmente desde el 07/10 encuentre pronto shalom.
Shalom u´braja me eretz haTanaj / שלום וברכה מארץ התנ"ך
Paz y bendición desde la tierra de la Biblia
Am Yisrael jai / עם ישראל חי ! / ¡El pueblo de Israel vive!
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